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Isabel

Asesinada en Felanitx
el 23 de julio de 2014

Texto: Alba Mareca
Fotografías: Álvaro Minguito

A finales de un junio marcado por la pandemia de COVID-19, las calles de Felanitx están vacías. Es jueves, bien entrada la mañana, y muchos comercios están cerrados. El dueño del único bar que queda abierto en la zona más céntrica, cercano a la parroquia de Sant Miquel, apura los minutos para bajar la persiana a mediodía. A pesar del calor, las ventanas abiertas de las casas impregnan la calle con olor a guiso. 

En este municipio de más de 17.000 habitantes de la comarca del Migjorn, en Mallorca, aún se conserva la costumbre de anunciar los velatorios en esquelas colgadas en la calle. Ahora, además de advertir del aforo limitado, estos carteles comparten espacio con aquellos que recomiendan llevar mascarilla, lavarse las manos y mantener la distancia de seguridad.

El del 29 de julio de 2014 sigue siendo, actualmente, uno de los funerales que más ha conmocionado a este pueblo. Mientras la familia de Isabel se despedía de ella en el tanatorio, decenas de personas llegaban con velas a la fuente de Santa Margalida en un homenaje que pretendía, a su vez, rechazar cualquier tipo de violencia contra las mujeres. Nicasio, de 53 años, había asesinado a puñaladas a Isabel, de 47, una semana antes.

El pueblo, desierto durante la pandemia y con la mayoría de sus comercios cerrados.

Según los hechos probados de la sentencia condenatoria, el 23 de julio de 2014, sobre las 12 y media del mediodía, Isabel acudió al domicilio de Nicasio para recoger sus cosas tras haber decidido poner fin a la relación sentimental que ambos mantenían. La sentencia indica que él la había citado para matarla: bajo su camiseta escondió un cuchillo y engañó a Isabel para que subiera al primer piso de la casa, donde la atacó “de forma súbita, sorpresiva e inesperada”. Fue el hijo de él quien encontró la escena y dio la voz de alarma.

En ese momento, no hizo falta el aviso de una esquela para que los vecinos y vecinas supieran de inmediato lo que había ocurrido. “Se activó la atención psicológica del 112, que intervino tanto con la familia de Isabel como con los vecinos; algunos de ellos estaban muy nerviosos, otros con ataques de ansiedad”, recuerda Aurora Obrador, psicóloga de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Felanitx. La gran mayoría conocía personalmente a Isabel, que trabajaba de cajera en un supermercado, y a las respectivas familias. 

El viento corre entre las calles estrechas y desiertas del centro del pueblo.

Como cuenta la psicóloga Obrador, el asesinato supuso “un shock” también para quienes no la conocían y, sobre todo, para aquellas mujeres en situación de maltrato que el Ayuntamiento sigue atendiendo actualmente. “[Seis años después de este feminicidio], continúa estando muy presente entre las mujeres con las que trabajamos. Comentan que se les ha pasado por la cabeza si van a acabar así. Las que no conocen el nombre se refieren a ella como ‘esta chica a la que asesinaron hace unos años’. Una mujer me lo dijo hace pocos días. El miedo es generalizado”, explica Obrador. Isabel fue la tercera víctima mortal por violencia machista de 2014 en Mallorca, apenas 50 días después del feminicidio de Maria Rosa en Sóller, al otro lado de la isla. La primera fue Olha, en marzo, en Can Picafort.

Campaña contra la violencia machista en los autobuses públicos de la isla.

Este ha sido el único asesinato machista en Felanitx. Por eso, hasta el 23 de julio de 2014, el sentimiento más común entre la ciudadanía del pueblo era que los feminicidios solo salían por la tele: “Esto existe; no solo sale por la tele, también puede pasar aquí –relata la psicóloga–. Sí, claro que existe, y hay atenpros activados –ATENPRO es el Servicio Telefónico de Atención y Protección para Víctimas de Violencia de Género– y mujeres en seguimiento”. 

Aunque en 2014 no existía un protocolo específico en este municipio sobre cómo detectar y atender a mujeres que sufrían violencia machista, Obrador aclara que siempre las han atendido: “A veces porque las derivan desde el centro de salud, otras desde la Guardia Civil. Lo que hacemos en Servicios Sociales es una intervención psicosocial”. En estos años, también han ofrecido este apoyo a las dos hijas de Isabel, que vivían fuera del pueblo en el momento del asesinato. Tras intentar contactar con ambas a través de su abogado, descartamos hablar con ellas para este reportaje.

No hubo denuncias previas ni tampoco desde el Ayuntamiento conocían personalmente a Isabel ni sabían de posibles episodios de violencia anteriores al feminicidio. Las circunstancias en las que este ocurrió, no obstante, sí constituyen una situación de peligro: “Sin duda, la separación es un momento de riesgo”, afirma Enrique Urbano, doctor en Estudios Interdisciplinarios de Género por la Universitat de les Illes Balears y experto en políticas de igualdad y prevención de la violencia de género. Tanto es así que los informes sobre las víctimas mortales por violencia machista que publica cada año el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) exponen que “el anuncio de la separación puede desencadenar la violencia, ya que la batalla por la posesión y el control son el núcleo de las relaciones de maltrato”. 

Enrique Urbano, doctor en Estudios Interdisciplinarios de Género por la Universitat de les Illes Balears y experto en políticas de igualdad y prevención de la violencia de género.

Según el último estudio publicado por el CGPJ sobre esta materia, en el que se analizan los 1.000 asesinatos machistas en España entre 2003 y abril de 2019, el 27,8% de las asesinadas habían dado por finalizada la relación con sus parejas. Un 11,6% se encontraba en una situación transitoria hacia la separación. Por otro lado, la falta de denuncias continúa siendo un obstáculo para la protección de la víctima. Según el mismo estudio del CGPJ, solo 261 mujeres, de las 1.000 asesinadas que analizan, había presentado una denuncia previa. En este sentido, una de las principales razones a las que apunta el presidente de la Audiencia Provincial de Baleares, Diego Gómez-Reino, es que muchas víctimas “desgraciadamente, están tan psicológicamente afectadas que viven dicha situación con la creencia de que es normal y aunque claramente no lo es, lo viven así”. 

Por eso, dice, “es muy importante la colaboración de los ciudadanos; probablemente sabemos, conocemos u oímos a vecinos… o tenemos la sospecha de que en algún domicilio cercano hay gente de nuestro entorno que padece situaciones de maltrato”. “Creo que es importante trasladar a la opinión pública que estas sospechas se pueden comunicar a la autoridad policial sin que ello suponga una denuncia”, añade. Durante el confinamiento, además, este ha sido un mensaje fundamental de cara a esas mujeres que han tenido que convivir con su maltratador.  

Desde 2016, Felanitx cuenta con comisiones técnicas y una mesa de prevención –un sistema contra la violencia de género que existe en varios lugares de la Part Forana de Mallorca, la parte de la isla que no pertenece a Palma, y que ha sido implementado en los últimos años por el Institut Balear de la Dona, que tenía las competencias en violencia de género hasta que fueron transferidas al Consell de Mallorca en 2019–. La psicóloga de Servicios Sociales no atribuye esta iniciativa directamente a lo ocurrido con Isabel en 2014, sino a la voluntad que en ese momento existía por parte de esta institución, dirigida entonces por la actual directora insular de Igualdad del Consell de Mallorca, Rosa Cursach. En 2016, hubo seis feminicidios en Baleares, de los cuales cinco ocurrieron en esta isla.

Rosa Cursach Salas, directora insular de Igualdad del Consell de Mallorca.

Para Cursach, la prioridad en estos momentos es el trabajo coordinado con los municipios de la Part Forana, donde ocurren la mayor parte de los feminicidios que registra Mallorca –que acapara 34 de los 36 que registran las Islas Baleares desde 2003 hasta julio de 2020: la comunidad autónoma con la tasa más alta–. En consonancia con la responsabilidad social frente a la violencia machista que propone Gómez-Reino, la directora insular de Igualdad pone énfasis en las campañas institucionales. “Cuando miras las estadísticas y ves que la mayoría de denuncias las presentan las mujeres te das cuenta de que se trabaja poco la prevención de un feminicidio con el entorno. Luego, en los medios de comunicación leemos cómo preguntan a estas personas cercanas y dicen que todo el mundo había visto que era celoso, pero nadie pensaba que esto era violencia. Esta es una de las líneas en las que se han ido orientando las campañas últimamente”, explica.

Una de las noticias sobre el asesinato de Isabel publicadas en los medios locales, en este caso en el diario Última Hora, recogía testimonios de los vecinos en los que contaban que Nicasio era posesivo y celoso. Estas actitudes, tal y como señalan las expertas, son dos formas habituales de control que a menudo los agresores machistas ejercen sobre sus parejas y que agravan la situación una vez que ellas deciden poner fin a la relación. Lo que, en palabras de la abogada feminista Francisca Mas, es “la historia del amor mal entendido”.

Rotonda en la autopista Palma - Manacor, en la intersección con la carretera rural Petra - Felanitx, Mallorca.

Tal y como explica la actual directora el Institut Balear de la Dona, la jurista Maria Duran, en la reparación del daño tras un crimen machista “hemos observado dos cosas”. Por un lado, el dolor que se produce en los familiares directos de la víctima. “Suele haber entre ellos un sentimiento de culpabilidad por sentir que no se habían dado cuenta antes de que algo así podía pasar”, dice Duran. Para Obrador, la psicóloga de Felanitx, esto es “muy habitual; pensar que si hubieran estado ahí o hubieran hecho algo antes, podrían haber evitado el asesinato”. 

Y, por otro lado, explica Duran, están las víctimas indirectas: “Son los hijos e hijas del criminal, que no compartía con la víctima sino que eran de una pareja anterior”. “No tienen la culpa de lo que ha hecho su padre pero pueden sentirse estigmatizados tras el asesinato”, añade. Para estas personas, aunque reciban apoyo psicológico, “no existe un tratamiento especializado”. Asimismo, con el fin de que no repitan los patrones de sus progenitores, Duran afirma que desde la institución que dirige han comenzado a trabajar este ámbito en 2020, un proyecto que todavía está en embrión.

En febrero de 2016, Nicasio fue condenado a 17 años y seis meses de prisión, además de estar obligado a indemnizar económicamente a los padres, las hijas y la hermana de Isabel.

Violencias previas

Ni Isabel ni su entorno habían reportado nunca malos tratos por parte de su asesino, Nicasio, por lo que en los Servicios Sociales no tienen constancia de que existieran episodios de violencia previas.

El asesino

Nicasio, de 53 años, estaba en paro cuando asesinó a Isabel, su expareja, de la que hacía muy poco que se había separado por decisión de ella. Tiene un hijo de una relación anterior. Este fue quien encontró el cadáver de ella en el segundo piso de su casa, después de que Nicasio la engañase para atacarla con el cuchillo que llevaba escondido entre la ropa. Tras ser detenido en el lugar de los hechos, Nicasio confesó el crimen a los agentes de la Guardia Civil que intervinieron. Está cumpliendo una condena de 17 años y seis meses de prisión, cuya sentencia firme se dictó en febrero de 2016. Antes del juicio se encontraba en prisión preventiva.

El entorno y la familia

Isabel tenía dos hijas que no vivían en Felanitx en el momento del feminicidio. Junto a sus padres, son las víctimas directas de este asesinato y, por tanto, Nicasio estaba obligado a indemnizar a su padre y su madre con 12.000 euros a cada uno. También debía compensar económicamente a cada una de las hijas con 70.000 euros y a la hermana de la víctima con 6.000 euros. Cuando lo han solicitado, se les ha ofrecido atención psicológica desde los Servicios Sociales del Ayuntamiento del municipio. 

Nicasio también tenía un hijo, que presenció la escena tras el asesinato y fue quien alertó a emergencias.

La administración

En 2014, el Institut Balear de la Dona tenía las competencias en la atención y la prevención de la violencia machista. Entre 2009 y 2014 este organismo sufrió recortes en su presupuesto. En 2013, con el Partido Popular y José Ramón Bauzá al frente del Gobierno balear, se redujo un 14,10%. Las expertas consultadas para este reportaje coinciden en destacar que estos recortes en función de los vaivenes políticos han supuesto una merma en la calidad y la cantidad de los recursos necesarios para prevenir la violencia machista y también para reparar el daño posterior a un feminicidio.

Las competencias en este ámbito fueron transferidas, en el caso de Mallorca, a la dirección de Igualdad de su Consell insular, dirigido actualmente por Rosa Cursach, a principios de 2019. Reforzar la atención a las mujeres en pueblos de la isla y, por tanto, más allá de la ciudad de Palma, sigue siendo el reto de este organismo actualmente. Es en estos municipios en los que se producen la mayoría de asesinatos machistas de la isla.

El tratamiento mediático

Todos los medios locales contaron con detalles lo sucedido, incluso describiendo el tamaño del cuchillo con el que Nicasio atacó a Isabel. También hablaron de la concentración en su homenaje días después y de la condena al asesino, ya en 2016. A pesar de las recomendaciones experta en el sentido contrario, los testimonios de los vecinos de la calle en la que sucedió el crimen son una de las principales fuentes en estos artículo. En este reportaje se ha incluido que varios de ellos coincidieeron al caracterizar a Nicasio como alguien  celoso y posesivo para remarcar la importancia de detectar esta manera de ejercer el control y la violencia sobre las mujeres.

Seis años después

Como en tantos otros feminicidios, una de las sensaciones que prevalece años después es el miedo. El miedo de las mujeres que están sufriendo maltrato a acabar igual, a que la historia se repita con ellas. Es una de las situaciones más habituales que destaca, seis años después, la psicóloga de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Felanitx, Aurora Obrador. Y complementa así lo que contaba la coordinadora de este mismo servicio, pero en el municipio de Sóller, donde 50 días antes que Isabel, Maria Rosa fue asesinada presuntamente por su marido: “Eso es el otro lado de la violencia: el crear miedo”.